Volví junto a mi dueña, pero no me reconoció, me tuve que ir, estuve andando un buen rato, hasta que encontré un callejón sin salida en el que había muchas cosas rotas como: una nevera, una lavadora, unas cajas y una televisión. Con esos objetos me las apañé para hacerme una casa, y desde entonces, procuraba que nadie me viera. Hasta que un día, un chico con muchos modales, rico, casi millonario, apasionado por las cosas extrañas, pasó por el callejón. Yo me escondí rápidamente, pero él me vio y sin decir nada, me llevó para su casa, y desde entonces vivo feliz en mi nuevo hogar.
Los primeros días no decía nada.
Esta muy bien pero deberías cambiar de tema más despacio con comas o puntos y aparte pero está muy bien.Jorge de Relatando por los codos.
ResponderEliminar