Dentro había unos duendes que salían por la noche a visitar las casas y a coger los sueños de los demás. Los metían en una bola de cristal y los llevaban a la fábrica de sueños para meterlos en un bombo gigante.
¡A lo mejor se le cumplirá a alguien su sueño! ¿Quién lo sabe? Yo no lo sé, desde luego.
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