En esta fábrica los niños tenían unas bolas donde metían sueños y de allí los pasaban a un bombo gigante. El bombo las hacía girar y el sueño que tocara se hacía relaidad.
La gente estaba muy nerviosa y soñaba, por las noches y por las tardes con los ojos cerrados, que se iba a hacer realidad su sueño; pero después no se hacía realidad. Los niños querían que les tocases a todo el mundo y eso también les ponía nervioso.
Un día le tocó a una señora mayor, un poco viejecita y se puso muy contenta. Su sueño era ir de viaje a London con sus nietos y su marido. Cuando se lo dijo se quedaron boquiabiertos y muy, muy, muy sorprendidos gritaron: "Bien, hurra, se ha hecho realidad nuestro sueño!" Y lloraron mucho de alegría. Y así hasta que llegó el día que se fueron a London.
hola
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