Había una vez una montaña. Todas las noches hablaba con las estrellas que estaban encima suya. A la noche siguiente las estrellas no estaban. La montaña las llamó. Al fin las vio, ¡estaban enfrente de la puerta de un castillo! La montaña dijo: "¡A lo mejor sabe alguien del castillo quién se las llevó todas!" En aquel instante se abrió la puerta y apareció un hombre gordo, tanto como una mujer embarazada. Vio las estrellas y les preguntó:
-¿Os habéis caído del cielo encima de esa montaña?
-Si- le respondieron.
-Yo os ayudaré.
-Pero, ¿cómo? No puedes llegar al cielo.
-Si que puedo.
Cogió una escalera gigante que llegaba hasta allí. Fueron a la montaña y apoyaron la escalera en ella. El hombre cogió todas las estrellas y las colocó en su sitio. La montaña se alegró mucho y le dijo "Gracias" al hombre.
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