Llegó la gran noche, Martina se fue temprano para cama a pesar de lo nerviosa que estaba por saber lo que le traerían los Reyes Magos.
Por la mañana Martina se despertó con los rayos del sol que penetraban por la persiana. Fue corriendo a ver el árbol, pero no había nada. Escuchó unos ruidos en el garaje y bajó a ver de dónde venían. Allí se encontró un regalo que llegaba hasta el techo. Lo fue desenvolviendo poco a poco, tardó veinte minutos. Resulta que era la gran fábrica de sueños.
Le pidió que le cumpliera todos sus sueños: tener un gato, un caballo, una casa de gominolas, ... Pero la fábrica le dijo:
-Mira bien tus sueños y mira cómo está el mundo.
Martina se acostó y se levantó con las ideas más claras. Fue al garaje y pidió: que desapareciera la pobreza del mundo; que se reciclara más; que todos los niños tuvieran juguetes; ... Entonces la fábrica empezó a funcionar, porque pidió deseos muy importantes.
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